Capítulo 3: El parto
Una vez la chica del metro se sentó junto a mi. Casi se me salió el corazón del pecho. Incluso ahora mientras lo recuerdo estoy empezando a tener palpitaciones. Yo había encontrado un asiento libre en nuestra zona del vagón y me lancé a él. Había salido a correr el día de antes después de mucho tiempo sin hacerlo y no podía con mi vida ni con mis muslos. Estaba tan cansada que me daba igual si la chica del metro subía o no.